Mack Roesch ganó la posibilidad de ganarse un SUV en el sexto Domingo de Eliminación, pero la suerte no lo acompañó y se llevó un monopatín motorizado como premio.
Durante la ceremonia de inicio de la jornada dominical, Erasmo Provenza les comentó a los atletas que la jornada sería especial, pues además de asegurar la permanencia de sus integrantes, un atleta del equipo ganador tendría la posibilidad de ganarse un auto SUV.
Como ya estamos acostumbrados a disfrutar desde la temporada pasada, el atleta que llegue al final para aspirar a ganar el auto tendrá que elegir una estrella, y la suerte hará el resto.
Duelo repetido
Una vez más, el exatlonista que llegaría a retar a la fortuna sería el hombre o la mujer más rápida del equipo ganador. Los afortunados en llegar a la etapa final fueron, una vez más, Mack y Nicole Regnier.
Y es que la semana anterior, Nicole ganó el derecho de pasar a buscar la estrella con el auto, Erasmo le ofreció dinero, pero ella decidió continuar con su elección y se llevó unos patines en línea.
En esta ocasión, el ganador fue Mack, y con convicción eligió la estrella número uno. Los premios que se escondían fueron el SUV, un monopatín y una patineta.
La uno para el uno
Mack eligió su opción, la número uno. Erasmo reveló primero la estrella con el número dos, que contenía el monopatín.
Parecía ser que ahora sí la suerte estaba del lado del líder de los Famosos; sin embargo, la anhelada estrella con el SUV estaba oculta en la número tres, de igual modo que el domingo pasado.
Mack tuvo la oportunidad de cambiar su estrella por dinero en efectivo que le ofrecía Erasmo, como ya estamos acostumbrados.
La suma que buscaba disuadir a El Gringo de su estrella elegida fue aumentando de a poco, hasta llegar a 5 mil dólares, como un lingote de oro.
50/50
Al tener una posibilidad del cincuenta por ciento de ganar el auto, Mack optó por rechazar el dinero y arriesgarlo todo en un divertido momento.
El razonamiento del cincuenta/cincuenta fue el que prevaleció en Roesch, y siguiendo esa lógica, decidió continuar y arriesgarse.
Mack lucía ansioso, nervioso, no sabía si su elección había sido la correcta, y para un tremendo competidor como él, estar en un punto donde la suerte resuelve todo debe ser lo más difícil del mundo, pues no tiene control sobre nada.
Erasmo preguntó por última vez al Gringo si tomaba el dinero o se arriesgaba hasta las últimas consecuencias. Roesch, por supuesto, eligió seguir adelante.
La estrella comenzó a girar lentamente, Erasmo le imprimió suspenso. Cuando todos esperaban que alguien tan triunfador como Mack tendría ese auto al llegar a Florida, vino el momento más triste.
La estrella giró y mostró su lado oculto, pues Roesch ganó algo sobre ruedas y eléctrico, un monopatín. El rostro del Gringo mostraba cierta frustración, pero optimista a la vez.
Sus compañeros le brindaron todo el apoyo, pero al menos tuvieron el premio de consolación de saben que permanecerán juntos al menos una semana más.